sábado, 9 de enero de 2016

recuerdos que vuelven una y otra vez

Un silencio,
el banco abandonado,
nadie camina con la verdad,
el paso del tiempo es más pesado,
conocí un día el veneno de la vida
y me retorció entre sus torturas,
recibí el beso dulce y mortal,
que me hizo encadenar palabras;
provocado por unas cruces,
y mi sanbenito, mi luz y mi sombra,
fuegos fatuos purulentos
en las manos de un adolescente,
el carmín se volvió morado
y las escaleras fueron mi tobogán;
donde el final era un trozo de acero,
que puesto en el cuello no era caramelo;
aún hoy lloro de impotencia,
me sentí indefenso, inútil;
las palabras no servían para nada;
mentores mentirosos,
y mis lágrimas de tinta surgieron
y me cago en su puta madre.....

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