sentí una caricia invisible,
unos labios dulces silenciosos
que susurraban mi nombre;
decían que la noche era nuestra,
que el tiempo se va a parar,
que el amor es lo que nos cuenta,
y mis manos agarraron con fuera
y batallaron contra demonios invisibles;
luché contra mis pesadillas
y superé las batallas ocultas de mis pensamientos,
y ahí estabas tu,
ahí tu sonrisa y tu mano de apoyo,
me desnudé hacia ti y te mostré lo que soy,
y me aceptaste hasta con mis imperfecciones.
Cada noche en mi cama te busco, te espero,
y en todos mis sueños apareces
como la musa que me acompaña en mis horas creativas
sé mi compañera, acompáñame en mis rimas
y cada noche cuando mis ojos se mueren
esperarte en mi cama espectante
como la musa que me acompaña en mis horas creativas
sé mi compañera, acompáñame en mis rimas
y cada noche cuando mis ojos se mueren
esperarte en mi cama espectante
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